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Un modelo para explicar el uso de agua en la Zona Metropolitana del Valle de México (página )




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2.1.1 Delimitación del problema

La aproximación institucional denuncia que
durante el siglo XX, los Estados Latinoamericanos tuvieron que
ejercer cinco modalidades de Política
Económica; estabilizadora, conciliadora, ortodoxa,
heterodoxa y neoliberal. Dichas modalidades fueron requeridas por
el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial,
la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco
Interamericano de Desarrollo
(BID) y la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL) para financiar Programas de
Crecimiento
Económico (Pino, 1999). En consecuencia, la
explosión demográfica, la sobreexplotación,
contaminación, destrucción, escasez y
extinción de los recursos
naturales (principalmente agua, petróleo, gas y electricidad) a
través de tecnologías que producen anhídrido
carbónico, la desocupación, el desempleo, el
subempleo, la abismal diferencia en el ingreso entre ricos y
pobres, el aumento de la deuda tanto externa como interna, sus
correspondientes altas tasas de intereses y la inflación
permanente, son los principales efectos de dichas políticas
económicas (Toledo, 1999). Dichas modalidades de Política
Económica propician un abasto irregular de productos y
servicios para
la humanidad, así como su excesiva acumulación en
desechos alrededor de asentamientos humanos en zonas protegidas y
del alto riesgo.

La aproximación institucional, sugiere que una
Política Económica con presupuesto
insuficiente es la causa principal del abasto irregular e
insalubre de agua y sus consecuentes efectos en las comunidades
(Navarro, 2000). La Política Económica en tanto
instrumento de poder ejercido
por el Estado
favorece una conducta
desfavorable hacia el medio ambiente, las
consecuentes crisis
energéticas, posteriores reformas estructurales,
consecuente crecimiento económico del sector financiero y
energético, subsiguiente desmembramiento social y una
final baja calidad de
vida y malestar subjetivo.

La historia de la
formación de dicho Estado, tiene
dos vertientes: la primera indica que el Estado ha sido una
entidad que regula y hace compatibles los intereses nacionales,
la segunda vertiente denuncia que el estado ha sido un
instrumento para ejercer el poder económico de empresas
trasnacionales y sus organismos financieros que las agrupan. El
ejercicio de dicho poder se ha centrado en la explotación,
deterioro y extinción tanto de los recursos
naturales como de los recursos
humanos. En tal sentido, El Estado no debe reducirse a alguna
de estas funciones, debe
ser lo suficientemente conciliatorio para retardar la
extinción de la biodiversidad
y con ella la muerte de
la humanidad como la conocemos hasta hoy (Tarassiouk,
1999).

Pasemos pues a la revisión de ambas vertientes
que describen la formación del Estado Moderno y sus
Políticas Económicas para tener la base
teórica política que nos permita conocer
fundamentos macro y micro económicos, los cuales son la
antesala de las variables que
explican la Proambientalidad en primera instancia y la
Sustentabilidad en última instancia.

La descripción de la formación del
Estado Moderno inicia con Maquiavelo.
Este teórico utiliza los principios
iusnaturalistas para proponer su teoría
política de un Estado Monárquico. El Iusnaturalismo
es un conjunto de supuestos que tratan de justificar la
pertinencia de un Estado que ordene el desorden en que vive la
humanidad gobernada por la ley del
más fuerte. Es así como en la humanidad, al estar
en una guerra de
todos contra todos causada por deseos que hacen antisociales a
las personas, debe imponerse la voluntad de un monarca para
conservar la seguridad de un
grupo desunido
por intereses diferentes. Posteriormente Hobbes propone
que los individuos deben realizar un pacto de acuerdo para formar
una sociedad
estable siendo la renuncia a sus derechos naturales el
principal costo que deben
pagar. Una vez formado este Leviatán debe conservarse con
la coerción de un ejercito lo suficientemente poderoso
para calmar a posibles rebeliones de las masas. Ambos autores,
Maquiavelo y Hobbes plantean una Monarquía Absoluta porque consideran que el
monarca debe asumir toda la responsabilidad de conciliar a cualquier precio y con
cualquier medio los intereses de los habitantes. Locke un poco
más tarde propondría una Monarquía Mixta
(parlamentaría y constitucional) en la que el monarca no
debía delegar el poder ni siquiera al parlamento. El
único límite que tendría sería la
constitución. Esto indicaba que el poder
del monarca se regulaba mediante un conjunto de leyes estatuidas
que quizá no le permitieron actuar como lo haría el
ente más fuerte en el Iusnaturalismo (Salazar,
2004).

Estos tres Maquiavelo, Hobbes y Locke describen una
humanidad irracional la cual debe someterse a un orden supremo
que lo lleve a buena convivencia. Este orden supremo
tendría dos rostros, se trata de la constitución y
la voluntad del monarca.

Ahora se sabe que era más la voluntad del monarca
porque las leyes han sido insuficientes para contener los
intereses en torno al
ejercicio del poder. Precisamente, Montesquieu es
quién advertiría sobre la necesidad de
equilibrarlos en ejecutivo (monarca), legislativo (parlamento) y
judicial (magistrados). No concibe un poder mayor a otro,
más bien el poder dividido y a la vez moderado entre estos
tres elementos. Para este autor, la monarquía
parlamentaría tal y como hoy la conocemos en el Reino
Unido (lugar donde se gestan las ideas liberales y más
tarde neoliberales), es la forma de gobierno
necesaria para un país en el que la República y el
Despotismo no son bien vistos.

En contraste, Rousseau
contribuiría con su contrato social a
las concepciones social demócratas que se
desarrollarían más adelante. Partiendo desde un
Iusnaturalismo como sus antecesores, se distingue de los
demás porque reflexiona sobre la propiedad
privada y el peligro que se corría al vivir en una
sociedad donde todos eran dueños de todo porque sus
derechos naturales lo s justificaba. Es así como al no
haber las garantías básicas, plantea tres
principios de desigualdad económica, política y
social, siendo la obtención y reconocimiento de una
propiedad el primer indicador de diferencia en la humanidad. La
segunda desigualdad humana sería la política que no
le asistía a los súbditos sólo al monarca.
Es así como en un Estado Despótico las
garantías de propiedad al ser exclusivas de la familia
monárquica, constituyen la tercera desigualdad de la
humanidad: la libertad
cuando menos económica.

Se necesitaba un Contrato Social
para evitar esas tres desigualdades como ahora se necesita otro
para la Sustentabilidad. La historia debería estar llena
de dichos contratos, pero
no serían suficientes ante el Despotismo, la
Oligarquía, la Aristocracia o al día de hoy, la
Democracia
Neoliberal.

Dicho contrato social fue el bosquejo de un Estado
Democrático y la supresión del Despotismo en
Francia. Los
acuerdos y las coincidencias como la expresión de las
voluntades individuales fueron el contenido de este contrato. De
esta forma, la soberanía popular tuvo tres
características; unicidad, indivisibilidad, e
inalienabilidad.

Sin embargo, Hegel
demostró deductivamente que si lo irracional era la
naturaleza
humana entonces lo racional era la civilización
humana. En consecuencia, la suma de racionalidades individuales
devendría en una racionalidad objetiva: el Estado
Monárquico representado por un individuo
racional y representante de los individuos racionales. La
irracionalidad quedo excluida del poder político,
después económico y se adentro en la cultura para
después resurgir como estructura
recuperable en la comprensión de los procesos
comunitarios que se contraponen a la racionalidad
económica o al homus economicus que tomaba las decisiones
a partir de un cálculo de
probabilidades consecuentes.

De este modo se justifica una desigualdad humana: la
razón no es para todos, su ausencia les deslegitima todo
sistema
político alterno (Cervantes,
1993). Sólo la libertad se garantiza en un Estado
racional. Lo racional legitima el poder sea político y
económico. Esto implica un paradigma
precursor que orientó a la humanidad hasta el contexto
actual en el que la escasez de agua nos indica el devenir de un
paradigma alternativo orientador de un proyecto que a la
humanidad le permita crear las instituciones
necesarias para moderar y mediar el efecto del Crecimiento
Económico reflejado en la extinción de los recursos
naturales energéticos. Dicho proceso
implica la concepción de un proyecto favorable a la
humanidad y a su entorno: El Desarrollo
Sustentable.

La crítica
filosófica, histórica y económica que
realiza Marx al sistema
capitalista es el primer antecedente de un paradigma
crítico alternativo que se expondrá como la
aproximación colectiva. En esencia, Marx plantea una
revolución
proletaria que transformaría al sistema económico
capitalista del siglo XIX. A partir de una crítica sobre
las relaciones y los modos de
producción, encontró los fundamentos socio
históricos que le llevaron a denunciar al proceso de
acumulación del capital (en
adelante lo llamaremos Crecimiento Económico) como proceso
contradictorio en el que una burguesía acumulaba la
riqueza usurpando el trabajo de
los proletarios y deteriorando el medio
ambiente. En consecuencia, Marx sugirió la
supresión del Estado como moderador y mediador de los
efectos del sistema económico sobre el comportamiento
humano y su entorno. Este es un error inherente al paradigma
alternativo, porque los sistemas al
configurarse por una relación indirecta de elementos
exógenos sobre endógenos requieren de elementos
moderadores y mediadores que les permitan dicha relación.
Es decir, un modo de producción requiere de una entidad
reguladora de las relaciones de producción. Un modo de
producción no se impone directamente, se legitima
indirectamente a través de leyes, creencias, conflictos y
negociaciones. Esto significa un proceso en el que una
racionalidad económica se confronta con una irracionalidad
afectiva en un escenario que se ha estado desgastando hasta el
punto tal en que dicha confrontación necesita de una
tercera entidad: El estado.

En contraste los planteamientos post marxistas se han
desarrollado en tres vertientes. (1) instrumentalistas que
conciben al Estado como un anexo de la burguesía en el que
las Políticas Públicas (económicas)
favorecen el Crecimiento Económico e impiden el Desarrollo
Sustentable. Sin embargo, los organismos financieros tales como
el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la
Organización Mundial de Comercio al
condicionar el préstamo de dinero
solicitando cambios estructurales que permitan la libre
circulación, especulación, fuga y
acumulación del capital, determinan dicho Crecimiento
Económico. Son estos organismos internacionales y no los
Estados nacionales los mediadores. (2) Ideologistas que estudian
cómo está representado el Estado por las personas.
Sugieren que se ha mistificado en demasía la función
del Estado sea como promotor y como conciliador de un Crecimiento
Económico. Esta vertiente en demasía es interesante
porque se adentra en los aspectos psicológicos que
fundamentarían por qué las personas prefieren
crecer económicamente aunque esto sea sólo
exclusivo de grupos
económicos que tienen el control
financierol. (3) Estructuralistas que analizan las funciones del
Estado como moderador (promotor) del Crecimiento
Económico. Dicha promoción se inicia reformando los
estatutos constitucionales y su adecuación para garantizar
la venta de
paraestatales, la inversión
extranjera en la extracción, sobreexplotación y
distribución de recursos
energéticos. Esto implica, un crecimiento de la propiedad
privada, consecuente monopolización, la competencia de
capitales en sectores claves de la economía, la mano de
obra liberada, abundante, barata y disponible, y el deterioro de
los recursos naturales inherentes a los recursos
energéticos (Hernández, 1992). Precisamente, a
partir de esta vertiente se plantean los fundamentos
económicos, políticos, ambientales y colectivos del
paradigma alternativo.

A partir de la segunda y tercera vertiente se puede
resumir lo siguiente: el Estado al ser mediador de los efectos
del Crecimiento Económico sobre el comportamiento
humano y su entorno se encuentra ante dos opciones: propone
reformar la constitución o pospone dichos cambios, permite
el libre fluir financiero o lo regula, maximiza el desempleo y el
subempleo o lo abate, coadyuva el empobrecimiento o lo extiende a
las clases medias, tolera la extinción de los recursos
naturales o lo retarda. En suma: ¿Es el sistema
económico y el Estado los que promueven un comportamiento
favorable al Crecimiento Económico? ¿Cuáles
son los indicadores de
dicho comportamiento pro económico neoliberal?
¿Cuáles sus determinantes? (Guillén,
1992).

En efecto, es tanto el sistema capitalista como el
Estado moderno quienes promueven un comportamiento conservador de
la estructura de poder económica, política y
social. El Estado ante una crisis económica, mediante la
perecuación de la tasa de ganancia, la devaluación de la moneda y la inversión estatal, ha favorecido a dos
sectores: financiero y
energético.

 

Por lo tanto, los países de América
Latina, al retomar los fundamentos del Estado Moderno permitieron
la sobreexplotación, contaminación,
destrucción, escasez y extinción de los recursos
naturales (principalmente agua, petróleo,
gas y electricidad), así como la desocupación, el
desempleo, el subempleo, la abismal diferencia en el ingreso
entre ricos y pobres, el aumento de la deuda tanto externa como
interna, sus correspondientes altas tasas de intereses y la
inflación permanente. ¿Cómo los Estados
Latinoamericanos mediaron el efecto del Crecimiento
Económico sobre el comportamiento humano y su entorno para
favorecer más el Decrecimiento Económico en las
comunidades y el Crecimiento Económico en las organizaciones
financieras y energéticas que el Desarrollo Sustentable?
(Hernández, 1993).

Macro económicamente, los supuestos
teóricos del Monetarismo
(Toledo, 1999), y el Intervencionismo son los principales
argumentos de la Política Económica en
América Latina (Hernández, 1994).

Los Monetaristas plantean que el libre juego de las
fuerzas del mercado establece
una economía próxima al pleno empleo y la
intervención del Estado se debe reducir a lo mínimo
posible: en esencia, a controlar estrictamente la cantidad de
dinero. Es decir, las economías tienden a largo plazo
hacia el pleno empleo de los recursos productivos y el gasto
público debe limitarse en lo posible para equilibrar
el presupuesto público anualmente. En contraste, los
Intervencionistas sostienen que el Estado mediante una política
fiscal debe estabilizar la economía, ante una
recesión motivada por una demanda agregada
insuficiente. El sector
público debe intervenir manipulando los gastos y los
impuestos. Por
lo tanto, el presupuesto se debe equilibrar cíclicamente
(González, 1999).

En este sentido, la Política Económica
Estabilizadora ha sido definida como la interpretación del desarrollo (apertura al
comercio exterior, valuación adecuada de la moneda,
incentivos al
ahorro
interno, estimulación de la inversión extranjera y
compensación de la balanza de pagos)
a partir de programas e instrumentos de estabilidad fundamentados
por la teoría monetarista y la practica tecnócrata
que favorecen un oligopolio en
el financiamiento, producción y comercialización (Cuevas, 1993).

Dichos programas son a
nivel:

  • Monetario. Plantea el proceso inflacionario como el
    efecto de una demanda
    neutralizada mediante restricciones monetarias, emisión
    y circulación mínima de dinero, regulación
    del crédito, eliminación de
    déficit fiscal,
    supresión de subvenciones, eliminación de
    déficit paraestatal y ajuste de los salarios en
    función de la productividad
    (Valenzuela, 2001).
  • Comercial Externo. Implica al Banco Central como
    corrector de desniveles entre precios
    nacionales e internacionales, control de la inflación y
    desajustes en la balanza de pagos (diferencial entre importaciones y
    exportaciones) mediante un tipo de
    cambio fijo o fluctuante.
  • Social. Se considera como ineludible y transitoria la
    sobre explotación de los recursos naturales, el
    límite al empleo, la insuficiencia de oferta y el
    alza de precios.

Estos programas incluyen seis instrumentos.

  • Reservas internacionales sanas en un mercado de
    capitales que respaldan la inversión
    productiva.
  • Devaluación de la moneda para ajustar la
    balanza
    comercial (la demanda de las importaciones en
    función de los niveles de exportación y la variación de
    divisas) e
    incentivos al consumo y
    ahorro interno. Un sistema bancario eficiente en el control de
    crédito y la cantidad de los medios de
    pago, control inflacionario y adecuada oferta
    monetaria.
  • Subsidios, exoneraciones fiscales y crédito
    con bajos intereses al sector manufacturero para incentivar la
    exportación y la competitividad.
  • Ajustes saláriales periódicos
    inequitativos en referencia al aumento de los productos y
    servicios.
  • Reformas tributarias simples y de rápido
    rendimiento para vender las paraestatales y algunos elementos
    de la seguridad
    social, reducir el gasto público, la
    inversión y subsidios, así como el aumento de
    tarifas por servicios
    públicos para abatir el déficit fiscal al
    nivel de gobierno central y local.

Por su parte, la Política Económica
Conciliadora auspiciada por la CEPAL ha sido definida como el
ejercicio pragmático del poder para abatir el proceso
inflacionario en el corto, mediano y largo plazo (Liquitaya,
1992), causado por:

  • El predominio de una población rural y producción de
    productos agrícolas.
  • El bajo nivel de ingreso per capita.
  • La inadecuada transferencia del diseño, financiamiento y
    aplicación de programas macroeconómicos en y para
    los países económica, tecnológica,
    técnica y profesionalmente desarrollados.
  • El proteccionismo, incompetencia, estancamiento y
    monopolización en la producción que limitan las
    exportaciones y desequilibran la balanza comercial.
  • Esquemas de integración
    económica entre países con diferencias en
    salarios, desempleo, deuda externa y
    reformas agrarias, laborales, fiscales y tributarias (Montero,
    2001).

Durante las décadas de los 40`s hasta los 60`s
ambas modalidades estuvieron en discordancia, la
producción agrícola disminuyó, la industria se
estancó y hubo escasa exportación manufacturera y
la balanza de pagos se desequilibró. Debido a que se
financió el fracaso de la industrialización del
mercado interno con deuda externa, su amortización propició un nuevo
re-endeudamiento. En consecuencia, América Latina no
sólo se endeudo, sino además su integración regional se
obstaculizó.

Finalmente, tanto la Política Económica
Ortodoxa como la Heterodoxa se definen y fundamentan a partir de
la inflación inercial (hiperinflación).

En la primera modalidad, la hiperinflación se
genera por un desequilibrio fiscal (se gasta más de lo que
se recauda) y plantea su abatimiento mediante la apertura a la
inversión extranjera y la liberación del sector
financiero a partir de un reajuste en la estructura y finanzas
públicas (Puyama, 1992a).

En la segunda modalidad, se plantean dos tipos de
mercados: fijo y
fluctuante. En el primero, el Estado controla el tipo de cambio, el
incremento salarial y el aumento de productos agrícolas.
En el segundo, deja fluctuar a la alza los productos no
agrícolas. Sin embargo, la descoordinación del
Estado en el mercado fijo y los sectores productivos en el
segundo, propiciaron más hiperinflación (Puyama,
1992b).

Cuevas y Torres (2000) advierten que estas cuatro
modalidades de Política Económica, estabilizadora,
conciliadora, ortodoxa y heterodoxa, sus programas y mecanismos
antecedieron a la modalidad neoliberal definida por las aperturas
a la inversión extranjera directa en bancos, casas de
bolsa, las transferencias financieras internacionales y la
supresión de controles en las tasas de
interés. Durante la década de los 90`s esta
modalidad y la
Globalización definida como la consolidación de
mega empresas líderes en tecnología y
maximización de la producción en un mercado mundial
simultáneo (Márquez, 2002), facilitan los efectos
dominó definidos como los choques bursátiles de un
mercado accionario con otro en economías emergentes como
las de Asía (efecto dragón), Brasil (efecto
zamba), México
(efecto tequila), Argentina (efecto tango) y Rusia (efecto
vodka) (Rodil, 2002).

Estos efectos se han explicado desde cinco teorías:

  • Rezago Informativo o la diferencia de uso horario que
    explica por qué las operaciones de
    los mercados accionarios poderosos influyen en las operaciones
    de los demás.
  • Precio del arbitraje o la
    convergencia de la misma cotización de activos en
    todos los mercados.
  • Comportamiento rebaño o el entrelazamiento
    constante de las acciones a
    largo plazo de dos o más economías.
  • Choques exógenos o la fuga de capitales
    especulativos (retiro de activos financieros con altos
    rendimientos) por parte de bancos, casas de bolsa, fondos de
    inversión, fondos de pensiones y tesorerías de
    las empresas.
  • Movimientos comunes o los flujos de capital a corto
    plazo que responden al balance fiscal en cuenta corriente, tasa
    de inflación y tamaño de la deuda
    externa.

De esta forma, las dos últimas teorías
explican que el efecto dominó es atribuible a choques
exógenos inevitables que afectan simultáneamente a
varios mercados. Con las estadísticas de los Índices de
Precios y Cotizaciones (IPC) de México, Dow Jones (DOW) de
Estados
Unidos, Xetla Dax (DAX) de Alemania,
Nikkei (Nikkei) de Japón y
FTSE (FTSE) de Inglaterra
durante el periodo de abril de 1991 a julio de 2000, Cuevas y
Torres (2000) demostraron que cuando los choques
bursátiles se originan en Wall Stret causan un efecto
dominó asimétrico (influyen más en unas que
otras) en las economías emergentes.

Este hallazgo se complementa con la explicación
de Vidal (1984) "…el mismo capital financiero internacional es
quién actúa en la zona por medio de la
inversión extrajera directa y que en nuestros
países hay fuerzas sociales que impulsaron la entrada de
ésta y la contratación de la deuda externa. Estas
fuerzas lo hicieron así a pesar de las altas tasas de
interés
que existen. Igualmente aceptaron el deterioro en los
términos del intercambio, y son también los
principales involucrados en la fuga de capitales. A nuestro
entender el problema es lograr establecer la forma en que
sé ésta reproduciendo el capital financiero. […]
Hoy más que nunca queda claro que una fracción del
capital opera a la vez –con múltiples articulaciones– en la industria, el
comercio, la agricultura y
los servicios –incluidos los financieros–. Dicho
capital tiene un carácter monopólico y se apoya
igualmente en toda la red de las finanzas
públicas, las empresas estatales o en su caso en las
formas que asume la gestión
estatal en la economía." (pags. 2 y 3). En
consecuencia:

  • El capital financiero norteamericano a través
    la banca
    centraliza el capital y desvaloriza (utilizando un tipo de
    cambio que devaluó la monada y aumentó las tazas
    de interés) el nivel de la tasa de ganancia para no
    garantizar el crecimiento sostenible a ningún plazo
    (Guillén, 1999).
  • América Latina ha resultado afectada directa,
    negativa y significativamente (incesante desvalorización
    de la moneda, bajos precios internacionales de las materias
    primas, supeditación en el funcionamiento de los
    sistemas financieros nacionales, descapitalización y
    desequilibrios intersectoriales) por este proceso de centralización y desvalorización
    (Conde, 1992).

Por lo tanto, la Política Económica en
Latinoamérica ha oscilado entre la
prevención, evitación y auspicio de la estabilidad
el crecimiento económico, la conservación de una
estructura económica, política y social mediante el
ejercicio, regulación y control del poder, así como
la comprensión y explicación de los determinantes
sociales como centro y mecanismo de decisión para
destinatarios sociales con objetivos
determinados (Sainz, 2002).

En consecuencia, las modalidades de políticas
económicas develan que los Estados Latinoamericanos
adquieren formas, tales como;

  • Absolutos. Representación autónoma
    abstracta y general de la sociedad, sus procesos
    económicos y valores.
  • Autónomos mínimos.
    Representación de intereses concretos y una imagen
    mínima de libertad en el ejercicio del
    poder.
  • Autónomos relativos. Representación
    indirecta de los intereses particulares, conciliación e
    intervención en disputas a favor de un sector financiero
    energético.

En consecuencia, se han consolidado tres tipos de
Estados a través de la historia: equilibrio
estable con autonomía plena, equilibrio inestable con
autonomía relativa y autonomía mínima con
desequilibrio permanente.

La aproximación institucional plantea que en
México el sistema político al ser de equilibrio
inestable con autonomía relativa no permite, ni
permitirá la solución pronta y expedita de la
problemática de abasto irregular e insalubre de agua en la
que viven comunidades periféricas de la ZMVM y se estima
que se extenderá para toda la megalópolis en el
2025.

Esto indica que la problemática del agua en el
mundo esta interconectada. Por ejemplo

  • El 97.5% es salada, 2.24% es dulce y solo 1% esta
    disponible en ríos, lagos y acuíferos para el
    consumo humano.
  • 113000 km3 de agua, se precipitan
    anualmente. En el mundo, 7100 km3 se evapora, 42000
    km3 regresa a los océanos y se filtra a los
    acuíferos.
  • Anualmente, el 70% entre 9000 y 14000 km3
    mantienen los ecosistemas
    y sólo 4200 km3 (30%) está disponible
    para irrigación, industria (23%) y uso domestico (8%).
    Se estima que en el 2025 el 80% de la población mundial
    estará en alta escasez (Toledo, 2002).

En el mundo las principales problemáticas en
torno al recurso agua son su abasto irregular e insalubre. Se
estima que una quinta parte de la población mundial sufre
escasez del vital líquido y que cinco millones de personas
mueren cada año por beber agua contaminada (Sartori y
Mazzoleni, 2003). Dicha situación esta determinada
indirectamente por el sistema económico y político
Neoliberal a través de: (1) el aumento exponencial de la
población en 6000 millones de personas y sus patrones de
consumo, (2) la construcción de infraestructura para la
sobreexplotación, distribución y
comercialización de productos y servicios
energéticos, (3) la excesiva producción
agrícola y (4) la consecuente contaminación del suelo, agua y aire (Organización de Naciones Unidas,
2003).

En este sentido, se estima para el año 2025 una
crisis mundial de abasto irregular e insalubre de agua en la que
2000 millones de individuos no dispondrán de agua bebible
(Toledo, 2002).

En México esta problemática se
acentúa al ser el onceavo país con más
población en el mundo (101,7 millones de personas), con
una densidad de 52
personas por Km2 en promedio, una población
menor de 15 años que es el 33% la cual contrasta con el 5%
que son mayores de 60 años, el 74% vive en zonas urbanas y
su ingreso per cápita al año es de 8,790
dólares norteamericanos. Además, su
población crece anualmente a un ritmo de 2,1 millones y se
espera que en el 2050 aumente 48%, estimando su población
para el 2025 de 131,7 (INEGI, 2000).

Al respecto, Toledo (2002), estima:

  • El 28% del agua disponible es consumida por el 77% de
    la población que contribuye con 84% del Producto Interno
    Bruto (PIB)
  • En contraste, el 72% del agua disponible es consumida
    por el 23% de la población que contribuye con el 16% del
    PIB.

El servicio
público de agua lo proporciona principalmente la
Comisión Nacional del Agua. La CNA se encarga de la
extracción y distribución del recurso.
Administrativamente, cada entidad tiene una dependencia que se
encarga de la instalación de medidores, expedición
y cobro de recibos (ver esquema 1).

Esquema 1. Organigrama en
torno al servicio público del agua.

Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior

Fuente: Consejo Coordinador Empresarial
(2001).

La Comisión Nacional del Agua al evaluar los
porcentajes de calidad del agua
superficial de 393 estaciones en 225 ríos, 81 estaciones
en 62 lagos y presas, 26 estaciones en 13 santuarios y sitios
costeros, 15 estaciones de descarga de aguas residuales,
así como de la subterránea que consta de 228
estaciones en 24 acuíferos, estableció el
Índice de Calidad del Agua con valores entre 0 y 100,
siendo este último valor
excelente, después aceptable, levemente contaminada,
contaminada, fuertemente contaminada, y el último como
excesivamente contaminada. Demostró que el 60.7% del agua
superficial y el 46.3% de subterránea están
contaminadas y fuertemente contaminadas, clasificando al agua
superficial del Valle de México como excesivamente
contaminada con un 32.49.

En este sentido, la Comisión Nacional del Agua
(CNA) en su informe de 2004
señala:

  • La disponibilidad del agua por región
    hidrológica (m3/habitantes/año), en la
    Zona Metropolitana del Valle de México, esta clasificada
    como baja siendo la causa principal del abasto irregular de
    agua.
  • Las inversiones
    del subsector en zonas urbanas fueron en la ZMVM de 394.200
    pesos y se canalizaron única y exclusivamente al
    saneamiento de aguas residuales.
  • El suministro de agua en la ZMVM es de 68
    m3/seg. los cuales provienen de pozos explotados
    25.16 m3/seg. (37%), pozos recargados 15
    m3/seg. (22%), manantiales .36 m3/seg.
    (2%), del Río Cutzamala 13.6 m3/seg. (20%)
    del Río Lerma 6.12 m3/seg. (9%) y saneamiento
    con 6.8 m3/seg. (10%).

En consecuencia, el agua en el
Distrito Federal (Aldama, 2004), esta destinada a la industria
(17%), el comercio (16%) y uso domestico (67%) el cual se divide
en el uso de excusado (40%), regadera (30%), ropa (15%), trastes
(6%), cocina (5%) y otros (4%).

El esquema 2 muestra el ciclo
de uso de agua mundial hasta metropolitano.

Esquema 2. Ciclo del uso de
agua

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Fuente: Esquema elaborado a partir de los
datos
proporcionados por la Comisión Nacional del Agua (2004) y
el Consejo Coordinador Empresarial (2001).

Debido a la situación de abasto irregular, en los
próximos 20 años los gobiernos de la Ciudad de
México, Estado de México e Hidalgo
invertirán 1100 millones de dólares para la
construcción de cuatro plantas de
tratamiento de aguas residuales, 40 kilómetros de
túneles para desagüe, dos plantas de bombeo y una
laguna de regulación en la zona noroeste (CNA,
2004).

Una vez establecida la delimitación del problema
que consiste en el abasto irregular de agua propiciados por la
falta de inversión pública la cual a su vez es
justificada por una Política Económica que
sólo orienta el gasto público en obras que
beneficien a un grupo de poder financiero y energético, es
pertinente demostrar cómo la aproximación
institucional ha explicado este procesos, en qué y
dónde se ha enfocado, cuáles soluciones ha
propuesto, cuáles son sus alcances y limites.

2.1.2 Evaluación
del problema

La Aproximación Institucional señala que
la insuficiencia de presupuesto propicia una crisis de
legitimidad que lleva a una persona al
crecimiento psicológico definido por Romero (1994) como un
"…proceso a través del cual la persona genera
construcciones integradoras cada vez más complejas sobre
su identidad
interior (individual) y exterior (social) que le significan
cambios positivos como ser humano…" (pag. 189). En dicho
esquema son importantes las construcciones integradoras al
ocurrir "…cuando la incorporación de cogniciones,
afectos y conductas significan cambios hacia niveles superiores
de la condición humana…" (pag. 190).

De este modo, los indicadores del crecimiento
psicológico como construcciones integradoras
son:

  • Mayor comprensión. Manejo inteligente del
    fracaso propio y ajeno.
  • Explicaciones complejas. Manejo abierto, creativo,
    inconsistente, indefinido, contradictorio y diverso de la
    incertidumbre.
  • Actividades placenteras. Comportamiento productivo,
    disfrute de la naturaleza y
    estética humana.

Desde la aproximación institucional, la
cognición es la principal herramienta humana para crecer
tanto económica como psicológicamente. En tal
sentido, la aproximación Institucional se ha enfocado en
la predicción del Comportamiento Proambiental definido
como la eficiencia
(acciones sistematizadas) y eficacia (logro
de resultados esperados) en la solución de necesidades
sociales, comunitarias e individuales.

Así de este modo, el cognitivismo definido como
"…un rubro que cubre una gama muy amplia de corrientes,
divergentes entre si, pero que comparten entre ellas el tener al
procesamiento de la información y a la representación
del conocimiento
por medio de análogos o de símbolos como un aspecto fundamental para
la explicación del conocimiento, la
motivación y la conducta…" (Mercado, 2003, pag. 13),
ha sido el paradigma de la aproximación institucional en
la explicación de un comportamiento individual; razonado,
planificado y sistemáticamente favorable al medio
ambiente.

El paradigma cognitivo ha demostrado que los Valores,
el Locus de Control, la Percepción
de Riesgos, los
Conocimientos, las Habilidades y las Competencias han
sido variables modeladas aisladamente y en consecuencia
predictoras directas del Comportamiento Proambiental. En
contraste, las Creencias, los Motivos, las Percepciones, las
Actitudes y la
Intención de llevar a cabo una conducta han sido modeladas
integralmente y en consecuencia se han consolidado como variables
mediadoras (transmisoras de los efectos de variables
exógenas) del Comportamiento Pro Ambiental, y
principalmente, en los modelos de
Acción
Razonada, Conducta Planeada y Aceptación de la
Tecnología, estas variables mediadoras se han consolidado.
Por consiguiente, se han seleccionado para configurar un modelo
explicativo del uso de agua. Antes bien, se exponen las variables
aisladas y predictoras del CPA. Será hasta la exposición
del modelo teórico, la conceptuación
específica de las variables mediadoras.

Los Valores Ambientales han sido definidos como los
rasgos que un grupo de personas presentan concomitantemente ante
situaciones o eventos. Por lo
tanto, los Valores pueden ser definidos como la
autoexpresión (responsable o arriesgada) determinada por
el grado de dificultad e importancia de necesidades que una
generación antecedente transfiere a una generación
consecuente. Esta variables es pertinente en la
comparación de muestras culturales y etnográficas
en tanto determinantes de creencias antropocéntricas y
ecocéntricas.

Así lo demuestra el estudio realizado por Aoyagi,
Vinken y Kuribayashi (2003) quienes con muestras de Japón,
Holanda, Estados Unidos, Tailandia e Indonesia, demostraron que
en Japón los Valores Egoístas predicen directa,
negativa y significativamente (b = -.18; p = .001) las Creencias Ambientales.
En Holanda los Valores Tradicionales afectan directa, positiva y
significativamente (b
= .25; p = .001) sobre las Creencias de Progreso.
Finalmente en Estados Unidos, los Valores Altruistas determinan
directa, positiva y significativamente (b = .45; p = .001) a las Creencias
Ambientales.

Por su parte, Amérigo y González (2001)
con una muestra de 184 estudiantes de Madrid,
Segovia y Toledo, España
demostraron que los Valores Egoístas predicen (β =
.2496; p < .05) a la Intención de Conducta Pro
ambiental mediante la técnica de regresión en pasos
sucesivos.

Respecto al Locus de Control se sabe que son
percepciones y creencias en torno a factores exógenos y
endógenos que explican tanto la eficiencia como la
eficacia. Si se puntualizan los determinantes exógenos el
Locus de Control es Interno y si se subrayan los aspectos
endógenos el Locus de Control es Interno. Destacan dos
estudios: Bustos (2004) con una muestra de 399 amas de casa de la
ZMVM, mediante un modelo estructural (X2 = 17.17; 13
gl; p = .192; NNFI = .99; RMSEA = .030) demostró que el
Locus de Control
Interno Incide directa y positivamente sobre las Creencias de
Obligación (b
= .37). En el mismo año, Bustos, Flores, Barrientos
y Martínez (2004) con una muestra de 210 residentes de la
ZMVM, demostraron mediante un modelo de trayectorias
(X2 = 335.7; 16 gl; p = .000; NFI = .93) que el Locus
de Control Interno predice directa, positiva y significativamente
(b = .44) el
ahorro de agua en el aseo personal. En un
segundo modelo (X2 = 78.7; 7 gl; p = .000; NFI = .98)
también predecía la limpieza general
(b = .23). Sin
embargo, a pesar de haber realizado el estudio en comunidades
marginadas, estos autores no consideraron el abasto irregular e
insalubre de agua en el que viven dichas entidades. Más
aún, sólo explican procesos psicológicos
individuales sin considerar los procesos comunitarios y con ellos
explicar las estrategias de
participación para el abasto regular y salubre de
agua.

Por otra parte, los Conocimientos Ambientales han sido
definidos como "…información estructurada sobre
tópicos más o menos relacionados, evaluables a
través de indicadores generalmente preguntas directas…"
(Bustos 2004, pag. 60). Sólo dos estudios respaldan la
inclusión de los Conocimientos. En primera instancia,
Acosta y Montero (2001) con 30 estudiantes en la Ciudad de
México, demostraron que la Conducta Ambiental Responsable
está asociada (R = .45; p < .05) con el Índice
de Habilidades y Conocimientos de la Acción Ambiental. En
segunda instancia, Cottrell (2003) con una muestra de 713
encuestas por
correo
electrónico elegidos aleatoriamente a partir de la
base de datos
proporcionados por la Asociación de Comercio Marino de
Maryland (Maryland Marine Trades Asociation: MMTA),
demostró que los Conocimientos de Asuntos Ambientales
ldeterminan directa, positiva y significativamente
(b = .28; p <
.05) a la Responsabilidad General del comportamiento
Medioambiental.

Otra variable importante ha sido la Habilidad Ambiental,
desde la Psicología Cognitiva se han definido como
"…ese conjunto de conductas emitidas por un individuo en un
contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes,
deseo, opiniones o derechos de esa persona de un modo adecuado a
la situación, respetando esas conductas en los
demás, y que generalmente resuelve los problemas
inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de
futuros problemas." (Caballo, 1996, pag. 122). Durante la
década de los setentas fue conocido como asertividad y
en los ochentas como habilidades sociales. La asertividad
definida como "…la declaración de derechos personales
expresando pensamientos sentimientos y creencias, que no violan
los derechos de otras personas." Incluye el mensaje: "esto es lo
que pienso, esto es lo que yo siento, ésta es la forma en
que yo veo la situación." Y expresando "quién es la
persona y lo que dice sin dominar, humillar y degradar a la otra
persona." (Flores y Díaz–Loving, 1995, pag. 134),
puede ser una variable pertinente en la explicación del
Comportamiento Sustentable. Sin embargo, al ser bipolar,
también explicaría un comportamiento anti ambiental
reflejado en la ausencia de acciones directas a favor del medio
ambiente y la comunidad.

Por lo tanto, en Psicología Ambiental, las
habilidades han sido conceptualizadas en torno a un
"…comportamiento efectivo que responde a un requerimiento y se
evalúa de acuerdo a un criterio…" (Bustos 2004, pag.
64). Implican acciones necesarias para ahorrar agua a partir de
deliberaciones o normas. Las
primeras sugieren un Crecimiento Económico y
Psicológico orientado a sus limites, las segundas indican
un Desarrollo
Comunitario que comparte los recursos naturales como forma de
convivencia y solidaridad. Sin
embargo, su operacionalización ha soslayado su aspecto
normativo, en consecuencia sólo se han medido las formas
en que la gente ahorra el agua.

Se pueden definir a las Habilidades como el consumo
de cantidades mínimas de recursos naturales
energéticos
. Así lo corroboran dos
estudios.

El primero efectuado por Corral, (2003b) con 500
residentes de Hermosillo y Ciudad Obregón en Sonora,
demostró en un Modelo Estructural (X2 = 249,7;
103gl; p < .001; IANN = 0,91; IAC = .93; GFI = 1; RQQMEA =
.04) que lavar platos, regar plantas y tomar baño de
chuveiro son indicadores (R2 = .58, .57 y .50
respectivamente) de las habilidades.

El segundo estudio trabajado por Bustos (2004) con una
muestra de 399 amas de casa de la ZMVM, mediante un modelo
estructural (X2 = 17.17; 13 gl; p = .192; NNFI = .99;
RMSEA = .030) demostró que las Creencias de
Obligación de ahorrar agua inciden directa y positivamente
sobre las Habilidades Efectivas (b = .21). A su vez, las Habilidades Efectivas
determinan (b =
.31) el Comportamiento Pro ambiental (aseo personal y la
preparación de alimentos).

Las habilidades han sido consideradas como predictores
de comportamientos a partir de la preposición: Si una
actividad es realizada eficientemente entonces se
obtendrán resultados eficaces. Sucede que no siempre
ocurre este silogismo porque una persona puede almacenar,
dosificar, realmacenar y reutilizar el agua potable
en primera instancia y jabonosa en un segundo momento, sin
embargo este proceso no necesariamente nos lleva a la
solución de necesidades básicas tales como
bañarse, lavar trastes y ropa porque las personas pueden
creer que "alguien" o "algo" queda limpio sólo si utilizan
mucha agua potable en proporción a determinados minutos,
soslayando la reutilización de agua para enjabonar los
trastes o la ropa.

Respecto a las Competencias Ambientales, son la evolución conceptual de las variables que
explican el Crecimiento Psicológico ante el impacto del
Crecimiento Económico en el comportamiento humano. Se
plantean como el desarrollo de sistemas conservacionistas a
partir de problemáticas ambientales y pueden ser definidas
como el crecimiento de habilidades a partir de una motivación
extrínseca en la que los logros y las compensaciones son
sus componentes principales
. Cuatro estudios son suficientes
para evidenciar la complejidad de esta variable.

En primer termino, Corral (1997b) con una muestra de 100
residentes de Hermosillo Sonora, encontró mediante dos
modelos estructurales (uno para predecir el reuso con
X2 = 34.78: 29gl: p =.21: CFI = .90 y otro para
predecir el reciclaje X2 =
26.71; 29gl; p = .58; CFI = 1) que las Competencias predicen
significativamente el reuso y el reciclaje observado.

En segundo termino Corral (2002a) con 200 habitantes de
Hermosillo y Ciudad Obregón Sonora, estableció un
Modelo estructural (X2 = 43; 34gl; p = .47; NFI = .95;
NNFI = 1; CFI = 1) para demostrar que regar las plantas, lavar
trastes y lavarse los dientes son indicadores (R2
=.53, .76 y .75 respectivamente) de las Habilidades, las cuales
junto con los motivos son indicadores (R2 =.84) de las
Competencias Proambientales las cuales explican el ahorro de agua
(R2 =.54).

En tercer termino, Espinosa, Orduña y Corral
(2002) con 485 habitantes de Hermosillo, Sonora, establecieron un
Modelo de Competencias de Ahorro de Agua (X2 = 271.5;
84gl; p < .001; NFÍ = .90; CFI = .93; RMSEA = .03) para
demostrar que los motivos son indicadores (R2 =.15) de
las Competencias de Ahorro de Agua. Asimismo, bañarse,
lavar trastes y lavarse los dientes son indicadores
(R2 =.80, .85 y .24 respectivamente) de las
habilidades. Finalmente, las Competencias Ambientales predicen el
ahorro de agua (R2 = .32).

En cuarto termino, Fraijo, Tapía y Corral (2004)
con una muestra de 118 habitantes de las ciudades de Hermosillo y
Obregón en Sonora, realizaron una intervención y
posteriormente aplicaron los instrumentos que miden Creencias,
Conocimientos, Habilidades y Motivos. Asimismo registraron el
consumo de agua en minutos. Mediante un modelo estructural
(X2 = 479.78; 294 gl; p = .001; NNFI = .91; CFI = .92;
RMSEA = .06) demostrando que el tratamiento tuvo un efecto
directo, positivo y significativo sobre la estructura de las
Competencias Pro ambientales (b = .98), la cual incluye como indicadores a las
Creencias, las Habilidades, los Conocimientos y los Motivos en
orden de importancia. En consecuencia, las competencias tuvieron
un efecto directo, negativo y significativo (b = -.15) sobre el consumo
observado y registrado de agua. Por lo tanto, el Programa de
Educación
Ambiental aplicado en esta muestra contribuyó a un
mejor ahorro de agua vía las Competencias Pro
ambientales.

Debido a la complejidad y a sugerencia de estos autores,
la variable de Competencias Pro Ambientales no será
incluida en el modelo teórico que se
propondrá.

Por su parte, los estudios sobre la Percepción de
Riesgos han sido medidos a partir de dos modelos que se
fundamentan en factores afectivos y cognitivos predictores de la
reacción intersubjetiva (Weber, 2003a;
Weber, 2003b).

El Modelo Descriptivo de Riesgos, fundamentado por el
factor afectivo, que implica la representación
implícita de una realidad construida con base en aciertos
y errores de decisión e intuiciones automáticas
como miedo y ansiedad (Lerner & Keltner, 2001).

El Modelo Normativo de la Utilidad
Esperada, que se basa en el factor cognitivo y que incluye
representaciones explicitas de control y juicios de toma de
decisión, cálculos de probabilidad, lógica
formal y maximización de la utilidad esperada (Weber, en
prensa).

De este modo, la Percepción de Riesgos incluye
cuatro dimensiones (Puy y Cortés, 1998).

  • Exposición involuntaria al riesgo.
  • Percepción de ausencia de control
    interno.
  • Incertidumbre en torno a las consecuencias de la
    exposición al riesgo.
  • Escepticismo a la información generada por
    instituciones de protección civil.

En este sentido, la percepción hacia situaciones
de riesgos normales y extraños se representa
explícitamente a partir de experiencias e
información no experimentada (Weber, 2003a). Por
consiguiente, implica indicación de peligro,
prevención, contingencia, manejo y protección;
expectación que determina una acción, y
reacción de solución rápida (Bleichrodt,
Pinto & Wakker, 2001).

La variable Percepción de Riesgos se puede
definir como una reacción intersubjetiva
heurística que responde inmediata y simplificadamente a
peligros e incertidumbres y determina juicios, decisiones y
conductas.
Cuatro estudios avalan esta
definición:

En primer lugar, Ibarra, Inda, Fernández y
Báez (2000) quienes definieron esta variable como "…el
reflejo generalizado de un objeto o fenómeno de la
realidad y que deviene conscientemente en él, si bien su
particularidad es, que a la vez que refleja el objeto o
fenómeno, se concientiza la amenaza que él
representa para el individuo." (pag. 436). Con una muestra de 261
habitantes cubanos, demostraron que un miembro de una
generación consecuente (hijo) determina directa, positiva
y significativamente (b = 10.26; p = .000) la percepción de
riesgos de una familia que vive
en un barrio insalubre.

En segundo lugar, Kunreuther (2001) diagnosticó
la reacción intersubjetiva a los ataques terroristas en
esa ciudad como ambigua. Ponderó la reacción
intersubjetiva mediante curvas de probabilidad excedente (CPE),
que describen el grado de experiencia y, consecuentes diferencias
entre expertos y no expertos. Estableció mediante las CPE
el grado de incertidumbre derivado de la probabilidad de
ocurrencia y efectos.

En tercer lugar, Fishhoff (2002) en el mismo tema
también comparo residentes estadounidenses expertos y no
expertos, diagnosticó en ambos grupos bajas probabilidades
de emociones y
miedos hacia el evento terrorista contra el Centro de Comercio
Mundial el 11 de septiembre del 2001 en Nueva York un año
después.

En cuarto lugar, Urbina (2004) con una muestra de 1859
habitantes, concluye que tanto la contaminación del agua como la escasez de
agua son percibidas como riesgos tanto en habitantes no expertos
como expertos que evalúan objetivamente los
riesgos.

Debido a que la Percepción de Riesgos es una
variable que conceptualmente es mediadora de los efectos de un
evento sobre el comportamiento humano, al no haber sido modelada
como tal y demostrada empíricamente esta función,
denota una incongruencia desfavorable para los objetivos del
presente estudio. Por lo tanto, esta variable no será
incluida en el modelo teórico que se fundamentará
más adelante.

Finalmente, las Consecuencias Sociales Percibidas tratan
de explicar qué es lo que lleva a las personas a
realizar una conducta considerando las consecuencias de sus
acciones tanto favorables como desfavorables hacia el medio
ambiente, así como su inacción o falta de
participación en la solución de las
problemáticas ambientales en un ámbito local
.
Siguiendo esta definición, sólo un estudio es
relevante. Joireman, Lasane, Bennett, Richards y Salaimani (2001)
con una muestra de 191 estudiantes norteamericanos demostraron
que las Consecuencias Sociales Percibidas determinan directa,
positiva y significativamente (b = .52; p < .01) la Intención Pro
ambiental. Debido a que esta variable pone un énfasis en
las consecuencias que afectarán más al medio
ambiente que a un grupo humano, se tiene que excluir en el modelo
del presente estudio

Es así como quienes desde la Aproximación
Institucional conciben a los Valores, el Locus de Control, la
Percepción de Riesgos, Los Conocimientos, las Habilidades
y las Competencias dentro de una realidad de causas y efectos sin
considerar procesos mediadores, caen en el error de
conceptuación. Por consiguiente, plantean que los procesos
psicológicos sociales ambientales son las causas directas
de un comportamiento favorable al medio ambiente.

Como se ha demostrado, dichos procesos
psicológicos sociales ambientales son mediadores de los
efectos del Crecimiento Económico sobre el comportamiento
humano. Es decir, los individuos razonan, planifican y
sistematizan un determinado comportamiento porque creen en la
escasez o abundancia de un recurso natural cuando la
información que tienen al respecto es mínima y
cuando esa información es más amplia llevan a cabo
acciones eficaces porque la evidencia de escasez de un recurso
natural se presenta de tal modo que son plenamente convencidos de
que es necesario reutilizar y reciclar para beneficio de un
ecosistema en
el que se esta inmerso. Más aún, la experiencia de
vivir en una situación de escasez de recursos
energéticos y minerales incide
indirectamente sobre el comportamiento human y dicho efecto es
indirecto al ser mediado por variables
psicológicas.

Serán las Creencias, Motivos, Actitudes,
Percepción de Control e Intención, los constructos
más pertinentes para explicar el Comportamiento Pro
ambiental. La revisión de dichas variables se
expondrá en la parte de conceptuación del modelo
teórico.

2.1.3 Solución del problema

La Aproximación Institucional advierte que las
problemáticas han estado determinadas por fallas
inherentes al sistema económico (Breña, 2004). En
consecuencia, esta aproximación sugiere que las
problemáticas se solucionan mediante reformas
estructurales tales como la inversión privada nacional e
internacional que gestionará innovaciones, transferencia
de tecnologías (Chávez, 2004), su respectiva
capacitación en personas que toman
decisiones claves de consumo (Cabello, Conde y Reyes, 2002), y la
participación de la sociedad civil
manipulada a través de los medios de
comunicación o bien, controlada desde los gobiernos
locales para su legitimación (Magaña y Vargas,
2000).

Además, la Aproximación Institucional
plantea que en el caso particular de la problemática de
abasto de agua, es más importante por la cantidad que por
la calidad con que debe llegar el vital liquido a las casas. Por
consiguiente, la aproximación institucional plantea que el
abasto irregular es una consecuencia de una Política
Económica Neoliberal que impide al Estado destinar los
recursos suficientes para abastecer a la población del
vital líquido. Por lo tanto, dicha aproximación
describe como se gestiona ante la Cámara de Diputados una
partida presupuestal extra para garantizar la distribución
del líquido a todos los hogares (Iñiguez, 1994). Es
así como la aproximación institucional proyecta un
manejo sustentable del agua que consistirá en la
inversión de 30 mil millones de pesos (7019 mil millones
de pesos serán recaudados en tarifas) para abastecer al
97% de la población, reducir las perdidas del liquido de
un 44% a un 24% y tratar el 90% de aguas residuales (CNA y
Semarnat, 2001). Asimismo, los gobiernos de la Ciudad de
México, el Estado de México e Hidalgo,
habrán invertido 1100 millones de dólares en el
tratamiento y distribución del agua en la Zona
Metropolitana del Valle de México para el año 2020
(CNA, 2004).

Además, la aproximación institucional
sugiere el diseño de iniciativas de ley para la
creación de Políticas Públicas ambientales
que consisten en el aumento de tarifas y sanción a las
personas o empresas que desperdicien el vital líquido
(Gabaldón y Rodríguez, 2002).

De este modo, la Aproximación Institucional a
partir de un diagnóstico
psicológico de Creencias Ambientales,
Percepción de Riesgos, Conocimientos de Uso, Actitudes
favorables hacia el desperdicio de agua, Motivos e
Intención de Uso Irracional del agua como las causas
principales de un comportamiento anti ambiental (Febrés,
2002; Ayala, 2004), diseña programas de Educación Ambiental
definida por De Castro (1998) como una "…incorporación
de estrategias y recursos útiles y fiables, desde una
posición flexible, crítica y socialmente
comprometida cuyo objetivo sea
el cambio consistente en los conocimientos, actitudes y los
comportamientos de las personas y las sociedades…"
(pag. 351). En tal sentido, Incluye tres objetivos:

  • Comprensión de las dinámicas
    ambientales y el análisis crítico de su
    relación con la acción humana y los sistemas
    sociales.
  • Promoción del desarrollo de actitudes y
    valores sociales a favor de la protección del medio
    ambiente.
  • Desarrollo de comportamientos individuales y
    colectivos orientados a la resolución de problemas
    ambientales.

Por consiguiente, advierte la aproximación
institucional que dichos programas de Educación Ambiental
cambiarían creencias, percepciones, conocimientos,
actitudes, motivos, intención y conductas anti ambientales
en pro ambientales (Guevara, 2002; Guevara y Rodríguez,
2002). Dichos programas se refuerzan con mercadotecnia
y publicidad en
medios de
comunicación para informar a las personas sobre los
riesgos de escasez y los beneficios de un consumo racional (Pol,
Vidal y Romero, 2001).

De este modo, la aproximación institucional
conceptúa a las personas como consumidores que toman sus
decisiones a partir de una determinada información. Si
esta información es explícitamente pro ambiental,
entonces habrá percepciones, conocimientos, actitudes,
motivos e intención que determinan conductas eficientes y
eficaces en el ahorro de agua.

2.1.4 Alcances y límites.

En esencia, la aproximación institucional ha
soslayado los procesos comunitarios que modulan y transmiten el
impacto del Crecimiento Económico sobre las entidades
comunitarias. En principio, el Estado al ser un instrumento de
poder, lleva a cabo una Política Económica que
beneficia a un grupo tanto financiero como energético y
desfavorece las necesidades comunitarias. De este modo, la
aproximación institucional se avoca al estudio de las
políticas públicas y los procesos
psicológicos desatendiendo las estrategias que la
comunidad ha sentido, ha innovado, ha gestionado y ha transferido
de una generación antecedente a otra generación
consecuente. De este modo, la solución al problema del
abasto irregular de un recurso, se ha estudiado a partir de los
programas que las instituciones han diseñado para
intervenir en el bienestar subjetivo más que el colectivo.
De esta manera, se ha justificado la supresión de
programas de salud en los que la gente
afiliada proporcionaba una cuota de su salario para el
beneficio de quién en ese momento necesita un sistema de
agua potable o servicios médicos. A cambio, se ha
estudiado la aceptación o rechazo de tecnologías
para extraer, captar, potabilizar, dosificar y reciclar
agua.

En consecuencia, a pesar de que los gobiernos
administradores de la Zona Metropolitana del Valle de
México, invertirán 1100 millones de dólares
en un proyecto para el abasto regular de agua y su reciclaje,
resultan insuficientes porque el proyecto se desarrollará
en 20 años y una comunidad necesita resolver sus problemas
cotidianos por la falta de agua en el menor tiempo
posible.

Además, resultan insuficientes las respuestas
altruistas al problema de escasez e insalubridad del agua.
Así de este modo, en el sureste de México se
distribuyen sanitarios ecológicos en comunidades que
demandan agua potable, alcantarillado y drenaje. En dichas
comunidades se les instruye a los niños
para que ahorren agua, cuiden los ríos y manantiales. Se
les proporciona material didáctico, se despliegan anuncios
con la frase "cuidemos el agua", "gota a gota el agua se agota",
"con agua todo, sin ella nada", para que la gente sea consciente
de la importancia del líquido.

Sin embargo, cada comunidad tiene estrategias distintas
para enfrentar la escasez y contaminación de agua. Incluso
en la Zona Metropolitana del Valle de México, los
habitantes de la parte oriente prefieren dosificar el agua, los
residentes de la parte sur invierten en tecnologías pro
ecológicas, y las comunidades de la parte noreste exigen
el líquido confrontándose con las autoridades. Es
decir, mientras en la delegación Iztapalapa la gente lava
trastes o ropa en dos cubetas; una con agua jabonosa y otra con
agua limpia en la que remojan y cuando terminan, la reutilizan
para el sanitario. En las delegaciones Coyoacan y Benito
Juárez el agua se reutiliza a través de sistemas
por goteo en las áreas verdes de residencias y
universidades, en tanto en los Municipios de Chalco, Chimalhuacan
e Ixtapalauca la gente se confronta con las autoridades para
exigir el abastecimiento de agua.

La aproximación institucional sólo ha dado
cuenta de las diferencias individuales, por sexo, edad,
ingreso económico, nivel educativo o nivel socio
económico, ha establecido los impactos de diferentes
modalidades de políticas económicas, pero no ha
explicado las diferencias interculturales.

De esta forma, Aitken y McMahon (1994) con una muestra
de 321 hogares de Weilbourne Australia, demostraron que la
variabilidad del ahorro de agua es explicada por el número
de residentes (R2 = .50).

Además, las mediciones objetivas de abasto de
agua se han incluido en pocos estudios debido al alto costo que
implica observar sistemáticamente la cantidad y calidad de
abasto de agua que llega a las residencias y la
verificación del comportamiento autorreportado por las
personas (Corral, 2002b). Además, en zonas marginadas que
no cuentan con el servicio público de agua potable y
obviamente con un medidor, no es posible establecer una medida
objetiva a partir de la cantidad de agua que la CNA destina a su
comunidad. Otro caso es el de las zonas conurbanas en las que si
hay un servicio público de agua potable pero no cuentan
con un medidor. Esta situación es una consecuencia de la
proliferación de predios irregulares los cuales una vez
ocupados o invadidos solo tienen una conexión improvisada
con otra que si esta conectada a la toma principal.

La mayoría de los estudios que utilizan esta
medición objetiva se realizan en las
ciudades de Hermosillo y Ciudad Obregón Sonora. Mediante
el sistema aleatorio que utiliza el INEGI, se establecen zonas
representativas de estratos económicos medio altos y medio
bajos económicamente y en cuanto a servicios
públicos. Estos estudios han encontrado bajas
correlaciones entre el consumo de agua autorreportado y el uso de
agua observado (Corral, 1997b; 2003b). Asimismo, se han hallado
altas correlaciones entre el derroche de agua observado al lavar
un automóvil y comportamientos antisociales (Corral,
Frías y González, 2003a). Finalmente, los
utensilios tales como cubetas, botes y tambos son determinantes
para almacenar el agua (Corral, 2003c)

Respecto a la ZMVM, Bustos (2004) ha sugerido que la
medición del grado de abasto de agua debe contar con una
técnica distinta a la del chequeo del medidor de agua o el
recibo. En su investigación encontró diversas
irregularidades tales como casas habitación que no
contaban con medidores. O bien, en algunas colonias del oriente
de la ciudad no se realizaba el pago bimestralmente.

Respecto a las diferencias ínter comunidades
destaca el estudio de Bogner & Wiseman (1997) con una muestra
de 110 estudiantes de Bavaria, Alemania demostraron que no hay
diferencias significativas entre estudiantes rurales, suburbanos
y urbanos en torno a Actitudes hacia la Naturaleza y Conducta
Ambiental reportada.

Finalmente, los estudios de percepción ambiental
resultan relevantes para establecer las diferencias ínter
culturales. Mercado y López (2004) al realizar un
análisis mediante escalamiento multidimensional, han
encontrado una similitud entre los conceptos casa y hogar,
concluyen, en torno a dichos conceptos, que existen aspectos
importantes tales como acogimiento, descanso y comodidad.
Además implican un lugar de limpieza, alimentación y
consecuente, convivencia. A partir de estos hallazgos es
pertinente la pregunta ¿En qué medida el recurso
agua contribuye a la percepción ambiental del hogar como
escenario de limpieza y relajamiento? ¿A mayor limpieza
mayor percepción de necesidad de agua? ¿A mayor
percepción de necesidad de agua mayor consumo?

En tal sentido, Oceja y Jiménez (2001) proponen
una clasificación normativa funcional. En principio,
advierten que hay dos tipos de normas: lo que debe hacerse y lo
que se hace. Después, plantean que los determinantes de
las normas pueden ser tres.

  • Probabilidad percibida de recibir una sanción
    formal cuando se ha trasgredido la norma
    (disuasión).
  • Presión que ejerce el grupo con respecto a
    dicha norma (influencia).
  • Grado de acuerdo que existe entre la norma y nuestros
    principios morales (legitimación).

Posteriormente, proponen una tipología o conjunto
estructurado y congruente de categorías que se derivan de
combinar un conjunto de criterios. Con una muestra de 265
estudiantes en Madrid realizaron tres estudios. Evaluaron un
grupo de normas, analizaron su grado de cumplimiento y
establecieron la clasificaron de un conjunto de normas.
Demostraron en el primer estudio que la tipología es
pertinente a partir de tres criterios (acuerdo personal,
sanción formal y desaprobación social). En el
segundo, establecieron diferencias entre las normas (las leyes
legitimas y las prescripciones se cumplen en mayor medida que las
leyes ilegitimas y las convicciones) utilizando el criterio de
cumplimiento informado y percibido. En el tercero establecieron
diferencias significativas entre las actitudes hacia cada tipo de
norma.

Los tipos de normas son:

  • Legitimas. Compatibles con nuestros principios
    personales.
  • Coercitivas. Incumplirlas implican sanciones
    aplicadas por una autoridad
    con las que no se esta de acuerdo.
  • Ilegitimas. Incumplirlas provoca sanciones formales
    con las que no estamos de acuerdo y no provocan
    desaprobación por parte de nuestro grupo de
    referencia.
  • Prescriptivas. Compatibles con nuestros principios y
    se espera que el grupo de referencia las desapruebe en caso de
    incumplimiento.
  • Personales. Derivadas de
    nuestros principios y su incumplimiento no provoca
    sanción formal o informal alguna.
  • Reiteradas. Provocan una relación negativa con
    el grupo de referencia cuando son incumplidas y se percibe
    tanto una baja probabilidad de sanción como congruencia
    con nuestros principios.
  • Nulas. No están apoyadas por autoridades,
    nuestro grupo de referencia ni nuestros principios.

Otra propuesta ha sido la sociocultural, Kahan &
Braman (2003) plantean cuatro tópicos.

Individualistas. Enfatizan la autonomía
individual, estimulan los hechos libres y otras formas de
ordenamiento privado.

Jerárquicas. Favorecen las diferencias
hacia las formas de tradición social y
políticamente autoritarias al proteger los roles y estatus
de las personas.

Colectivistas. Favorecen las acciones solidarias
y el orden social y público.

Igualitarias. Favorecen las acciones colectivas
para equilibrar; salud, estatus y poder.

En este sentido, dos investigaciones
respaldan estos tópicos. En primera instancia
Martín, Corraliza y Berenguer (2000) con una muestra de
420 residentes españoles, plantean y demuestran que los
hábitos definidos como la tendencia a responder
reiteradamente a una serie de condiciones ambientales estables,
son determinados precisamente, por las Condiciones Sociales de
Existencia y los Posicionamientos Compartidos Socialmente, a su
vez los hábitos inciden en las Practicas y Gustos, los
cuales influyen en los Estilos de Vida y estos a su vez en el
Comportamiento Pro ambiental.

Finalmente, en segunda instancia Pato, Tróccoli y
Tamayo (2002) con una muestra de 282 estudiantes de Brasilia
capital de Brasil, demostraron que los valores de universalismo y
seguridad inciden directa, positiva y significativamente
(b = .28 y .20
respectivamente con una p < .01) en las conductas
ecológicas y explican aceptablemente (R2 = .24)
su varianza.

En resumen, la aproximación institucional se ha
enfocado en el estudio de los determinantes económicos,
sociológicos y psicológicos de un Crecimiento
Económico y un Crecimiento Psicológico toda vez que
el análisis de la Política Económica y la
predicción del Comportamiento Pro ambiental parecen ser
los más óptimos en culturas individualistas, con
motivación al logro, consecuente
deliberación, planificación y disciplina
derivadas de normas legitimas y coercitivas.

¿Y la socio historia de la comunidad a partir de
normas legitimadas en una dimensión colectiva; Innovación de soluciones,
autogestión tanto de necesidades como de soluciones y
transferencias de conocimientos de una generación
antecedente a una generación consecuente cuyo
propósito es al mismo tiempo la reversión de un
Decrecimiento Económico y una liberación en
principio psicológica, la conversión posterior a un
Crecimiento Económico–Psicológico y la
aspiración a un Desarrollo Sustentable? Pasemos pues a la
exposición de una aproximación esencial para las
comunidades.

2.2 Aproximación colectiva

En esencia, los estudios psicológicos
comunitarios combinan paradigmas
(principalmente el paradigma crítico con el
constructivista) a partir de la contingencia de una
problemática. Es decir, el proceso
conceptuación–método–intervención se
establece ontológica y epistemológicamente
sólo si la naturaleza de la problemática permite la
concatenación de los paradigmas en la parte intermedia del
proceso (Wiesenfled, 2002).

Su énfasis en los procesos comunitarios soslaya
los procesos institucionales. Su esencia interventora es derivada
de un enfoque en el que se plantea que a las comunidades no hay
que conceptuarlas y después probar dichas inferencias sino
más bien hay que involucrarse con ellas, en la
consecución de sus demandas y luchas, lo cual implica la
aprensión de estrategias, observación y cuestionamientos que llevan
al investigador a sensibilizarse con las necesidades comunitarias
y a través de ellas a enriquecer las técnicas
de recopilación y análisis de información
(Lapalma, 2001).

El investigador se convierte en elemento integrante del
objeto que eligió estudiar de tal forma que adquiere
conocimientos con la comunidad y los construye vía una
interpretación compartida (Escalante y Miñano,
2000).

Sin embargo, el contexto y más
específicamente, la situación del cambio
climático no permite su contemplación sea
individual, comunitaria, organizacional o
institucional.

Desde la Aproximación Colectiva, el contexto
socio histórico, incluye necesidades que están
representadas en símbolos, significados y sentidos
trasladados del pasado al presente en marcos de recuerdos
compartidos que al significarse dan forma a una
vertebración de afectos delimitados a espacio generados y
difundidos desde el interior de la comunidad (López, 1997:
Bautista, 2004).

Sin embargo, este proceso fundamenta cuando mucho una
autonomía relativa de las comunidades al ser entidades
abierta, influida por factores exógenos como la
inversión de capital, consecuente creación de
empleos, deserción de la gente en el campo y los procesos
de transmisión de conocimientos tales como arar la tierra,
moldear el barro, búsqueda y mezcla de plantas
medicinales, invención de comida típica,
desarrollo de sensibilidad al escuchar y hablar con la gente viva
o muerta, consigo mismo o con el entorno, el
acompañamiento en el duelo comunitario y la experiencia de
rituales místicos.

Por ello, cuando las economías desarrolladas
chocan con las economías emergentes, hay una fuga de
capitales y desempleo subsiguiente, una parte de la comunidad
emigra y se fragmenta, cambian las familias y el entorno ya no es
valorado como antaño.

2.2.1 Delimitación del problema

La Aproximación Colectiva es en esencia
"…un modelo construido por un conjunto sistemático
de ideas que presenta relaciones e interpretaciones acerca de la
actividad humana, de sus productores, de su génesis…
señalando modos diferentes de hacer para conocerlos."
(Montero, 1994; p. 30).

La Aproximación Colectiva en esencia plantea que
una problemática evidentemente psicológica
ambiental que consiste en creer que el agua siempre debe estar
disponible para nuestro consumo, se transforma en un problema
intergeneracional porque las generaciones venideras están
implicadas y que la gente autogestiona el recurso agua para que a
sus hijos no les haga falta en el futuro (Sánchez,
2002).

A partir de una Afectividad Colectiva se inician los
estudios comunitarios. En dicha afectividad la interacción entre entidades es más
importantes que las mismas entidades
(Fernández–Christlieb, 1994a). Esta
interacción sugiere una pregunta que da sentido a las
entidades: ¿hay necesidades entre estas entidades
comunitarias? Para que la respuesta sea afirmativa, Montero
(2002a) propone la siguiente definición de necesidades
comunitarias "…conjunto de actividades grupales, colectivas de
carácter anticipativo, mediante los cuales se busca que
una comunidad o grupo señale aspectos de su vida
común en tanto que tal, que sienten como insatisfactorios,
inaceptables, problemáticos, perturbadores, limitantes o
imposibilitantes, de tal manera que ellos impiden alcanzar un
modo de vida diferente que se percibe como mejor y al cual se
aspira…. Suponen además la consideración de la
situación carencial y conflictiva en su relación
con la situación global en la que vive el grupo o
comunidad, en su relación con la sociedad a la cual se
pertenece y en función de un análisis de las causas
y las consecuencias de esas necesidades." (pag. 242). Es
así como las necesidades comunitarias de las
minorías se diferencian de las necesidades institucionales
de las clases medias. Con base en dicha diferenciación
surge un conflicto
expresado en una Influencia Social inconsciente y consciente al
interior de las entidades comunitarias en el que se ejerce un
poder económico–político para legitimar el
dominio de las
instituciones y la desligitimación consecuente de las
comunidades.

Ambas, legitimidad y deslegitimidad se han estado
guardando como recuerdos en la gente para auto representarse como
diferentes respecto de otras comunidades en el transcurrir de la
historia de los pueblos. Y para solucionar el conflicto, es
menester la formación de una identidad de grupo y su
innovación para solucionar las necesidades y su posterior
difusión y transferencia en las generaciones
consecuentes.

De este modo, una problemática puede delimitarse
a un contexto especifico en el que el agua fue un recurso natural
relevante para la vida de una comunidad definida como un
"…conjunto de relaciones y transacciones de un grupo de
personas asentadas sobre un territorio geográfico
determinado, [y que] deviene de la interrelación que a lo
largo del tiempo entablan las personas entre sí y con su
entorno." (Wiesenfeld y Giuliani, 2000; p. 3).

En consecuencia, se pueden definir variables y construir
los instrumentos para medir atributos afectivos a partir de las
preguntas ¿Qué sentimientos hay en la primera y
segunda generación de la ZMVM que activan, tanto el
recuerdo de abastecimiento en la primera como el cuidado del agua
en ambas, más como un elemento comunitario que como un
recurso natural? ¿Cuáles son los determinantes
psicológicos económicos, políticos,
culturales, sociales, ambientales, comunitarios en suma
psicológicos sustentables que facilitan este proceso de
memoria
colectiva y determinan el almacenamiento,
la potabilización, la dosificación, la
donación, el realmacenamiento y la reutilización de
agua? ¿Cómo puede orientarse esta memoria colectiva
en la Participación Procomunitaria para el Uso Sustentable
de agua en la ZMVM?

La aproximación colectiva, ha estudiado estas
tres cuestiones al plantear los procesos psicológicos
colectivos como: "…acciones que atienden a lo que esta en medio
de las acciones que es lo que se vuelve central,
independientemente de lo que hay o haya alrededor…"
(Fernández–Christlieb, 1994, pag. 16).

Es decir, la afectividad es un estado de
sensación con estímulos positivos y negativos. En
consecuencia es construida, imaginada, simbolizada (Fuentes, 2001;
Mafessoli, 2001), rápida, automática, intuitiva,
natural, no verbalizada, no narrada y experiencial en un proceso
de estrategias de simplificación para eliminar aspectos de
cambio. Por lo tanto, la afectividad determina juicios y
decisiones.

2.2.2 Evaluación del problema

La principal estrategia
comunitaria para enfrentar las problemáticas ambientales
en torno a la escasez de recursos energéticos y minerales
ha sido principalmente la Participación Ambiental
determinada por los Sentimientos de Comunidad.

Los Sentimientos de Comunidad definidos como
necesidades planteadas, compartidas y solucionadas en torno a
un grupo
(Sánchez, 2001). Esta definición
implica que los Sentimientos de Comunidad solucionan necesidades
tales como intimidad, diversidad, pertenencia y utilidad siendo
cuatro sus indicadores:

  • Sentimientos de pertenencia a un grupo estable y
    fiable que frecuentemente es el barrio donde se
    vive.
  • Sentimientos de similitud e interdependencia con
    vecinos de un barrio.
  • Saber cuándo se tiene un sentimiento de
    comunidad y cuándo esta ausente ese sentimiento
    (sentimientos diluidos de alineación, anomia,
    aislamiento y soledad).
  • Disposición a alterar la permeabilidad de la
    membrana personal para incluir a otros.

Este constructo puede establecer un proceso afectivo
directo en la explicación de un comportamiento favorable a
las necesidades comunitarias. Así lo avalan dos
estudios.

El primero desarrollado por García, Giuliani y
Wiesenfeld (2002) con una muestra de residentes del barrio Leon
Díaz Blanco de la Zona Metropolitana de Caracas Venezuela,
realizaron 14 entrevistas a
partir de tres criterios; (1) residentes de generaciones
antecedentes fundadoras del barrio, (2) residentes de
generaciones antecedentes y consecuentes, hombres y mujeres y (3)
residentes de generaciones antecedentes y consecuentes por rango
de edad. Mediante tres instrumentos: entrevistas a profundidad,
reconstrucción histórica y un taller de
discusión, demostraron que no necesariamente la
aparición de algunos indicadores tales como
membresía (seguridad emocional, pertenencia e
identificación, inversión personal y sistemas de
símbolos compartidos), influencia, integración para
la solución de necesidades y la conexión emocional
compartida, son determinantes del Sentido de Comunidad y subrayan
la importancia de una reconstrucción histórica de
la comunidad para comprender dicho desfase.

El segundo realizado por Hernández, Suárez
y Martínez (1997) con una muestra de 64 activistas y 193
no activistas demostraron que la Participación Ambiental
tiene como indicadores a la recopilación de firmas y
proporción de información a otras personas al
explicarla con un 46.3% y 31.5% respectivamente, siendo las
protestas callejeras las que menos la explican con un 3.8%.
Asimismo, encontraron diferencias significativas (t = 2.45; p
< .015) entre hombres y mujeres y entre personas de mayor edad
con respecto a las de menor edad. Concluyen que el Sentimiento de
la Comunidad es el principal predictor de la Participación
Ambiental (R = .333; R2 = .06; β =
.265; Sri = .258; t = 4.26; p = .001)

Ahora bien, Suárez (1998) plantea cuatro
interrogantes en torno a la Participación Ambiental la
cual define como reactiva ante el deterioro ambiental y colectiva
ante los efectos del cambio climático en una
comunidad.

  • ¿Qué provoca en determinado momento,
    que colaboremos activamente en campañas, debates,
    manifestaciones y acciones de protesta ante situaciones de
    riesgo y de deterioro ecológico?
  • ¿Por qué decidimos ayudar a la
    financiación de ciertos grupos que se ocupan
    –preocupan– por el medio ambiente?
  • ¿Cuáles son los elementos, los factores
    que tomamos en cuenta a la hora de decidir sobre nuestra
    participación?
  • ¿Por qué unas personas deciden
    participar y qué aspectos delimitan su grado de
    implicación y su nivel de activismo?

Hernández, Suárez y Martínez (1997)
plantean al constructo de Participación Ambiental como
"…un conjunto de acciones que tiene como objeto influir en
la toma de
decisiones políticas. Es resultado de la
representación de las acciones colectivas y producto de la
evaluación de las condiciones asociadas a los
ámbitos particulares de acción, y de cómo
dichas situaciones influyen en el individuo y su conducta." (pag.
161).

Cabe diferenciar y después complementar el
concepto de
Participación Ambiental con el concepto de Evento de
Protesta Ambiental planteado por Jiménez (2003) como
"…una acción colectiva pública (deliberadamente
elegida, organizada y puesta en marcha de manera
estratégica) por parte de actores no estatales con el
propósito expreso de mostrar desacuerdo y (al mismo
tiempo) realizar una demanda política con relación
a la protección y mejora del medio ambiente…" (pag.
3).

Dicho Evento de Protesta Ambiental puede derivarse de un
movimiento
ecologista pero no necesariamente son la misma unidad de
análisis al diferenciarse en dos aspectos: El Evento de
Protesta Ambiental surge de intereses políticos,
económicos, sociales, colectivos, culturales y
comunitarios. Finalmente, es un subconjunto de un movimiento
ecologista cuando se interceptan dichos intereses (Medina,
2004).

En consecuencia, la Participación Procomunitaria
se define como la recopilación de firmas,
donación de dinero y manifestaciones de protesta generados
a partir de una necesidad comunitaria de abasto regular y salubre
de un recurso natural: energético y mineral en la que no
intervienen los intereses de partidos políticos
. Tres
estudios ejemplifican esta definición:

En principio, Acuña (2002) con una muestra de 237
estudiantes de la Ciudad de México, demostró
mediante un análisis de regresión
lineal múltiple con la técnica de pasos
sucesivos, la predicción (b = .399; p = .000) de la Participación
Social a favor del Medio Ambiente a partir del factor Capacidad e
Influencia Personal incluido en la variable de Locus de Control
Ambiental.

Posteriormente, Jiménez (2003) con una muestra de
notas informativas generadas del periódico
El País (elegido por ser de circulación nacional y
municipal en España, asimismo cumplir con los requisitos
periodísticos para validar su contenido), demostró
que el aumento de las protestas ambientales tiene un origen
paralelo a la institucionalización de las políticas
ambientales en el Estado Español.

Finalmente, Sainz y Becerra (2003) realizaron de 1990 al
2002 una revisión sistemática de los conflictos por
agua en México. Encontraron que el Distrito Federal y el
Estado de México son las regiones donde se realizaron
más marchas, bloqueos a vías de comunicación y toma de instalaciones por la
demanda de agua, el costo o precio de tarifas y mayor
infraestructura. Advierten que la situación puede pasar de
confrontaciones no violenta como marchas a violentas como
bloqueos y toma de instalaciones. De este modo, plantean la
necesidad de conocer lo que las personas piensan, sienten y hacen
en torno a las situaciones de incertidumbre que devienen en
situaciones de conflicto, las cuales definen como las acciones
que denotan fricciones de interés entre dos o más
actores; quejas de usuarios, demandas o peticiones ante las
autoridades correspondientes, manifestaciones públicas no
violentas y manifestaciones violentas (bloqueos, toma de
instalaciones, destrucción de infraestructura, ataques
físicos entre comunidades, entre autoridades y
usuarios).

La Psicología Ambiental puede utilizar la
variable de participación para explicar acciones
colectivas tales como; marchas, manifestaciones con bloqueos en
avenidas y sitios web, así
como en confrontaciones verbales y físicas contra
autoridades para exigir a las autoridades deslindar, exhortar,
sancionar y castigar a los responsables, prevenir e indemnizar a
grupos vulnerables afectados por las
problemáticas.

Este grado de participación tiene tres limites
(Comisión Ambiental Metropolitana, 2002).

  • La normatividad para la participación es
    limitada e imprecisa.
  • La participación es considerada
    reaccionaria.
  • En el diagnóstico de las problemáticas,
    las comunidades no son consideradas para el diseño de
    una Política Pública.

En tal sentido, las personas que boicotearon los
productos y servicios de empresas contaminantes propiciaron su
cierre. En consecuencia, muchos trabajadores de ambos perdieron
sus empleos ya sea porque las organizaciones privadas invirtieron
en tecnología pro ambiental o porque no pudieron costear
el abstencionismo de la gente ante el consumo de sus productos.
Más aún, el reciclaje de vidrio y aluminio
implicaba el consumo de incalculables cantidades de agua y la
afectación de ríos contaminados por desechos
tóxicos al reciclar papel.

De este modo, se realizan entrevistas a partir de los
presupuestos
de un modelo Dialógico de sujeto investigador y objeto
investigado (Montero, 2002b). En dicho modelo los Sentimientos de
Comunidad y la Participación Procomunitaria son analizados
en el contenido de dichas entrevistas (Licona, 2001).

En consecuencia, se retoma la parte soslayada de la
problemática de abasto de agua y se describe la parte
insalubre con que llega el líquido a los hogares. La
problemática ya no sólo es concebida por la
cantidad sino por la calidad de uso de agua. Por consiguiente, se
analizan los significados en torno al vital líquido.
Dichos significados se extraerán de dos grupos
generacionales: los antecedentes representados por amas de casa y
los consecuentes representados por los niños que las amas
de casa cuidan.

De esta forma, en los barrios de la ZMVM y muy
probablemente en aquellos asentamientos humanos irregulares en
zonas marginadas y de alto riesgo, se desarrollan procesos
afectivos tales como la memoria
colectiva (manifestaciones en torno a necesidades significativas
tales como viviendas y servicios de agua potable) que determinan
la organización vecinal para satisfacer dichas necesidades
mediante la autogestión.

Desde la aproximación colectiva, la zona
conurbana de la ZMVM en los años sesentas fue una entidad
marginada de servicios básicos tales como agua, alumbrado,
pavimentación y drenaje. Sus primeros pobladores recuerdan
que para llevarla a sus casas había que comprarla en
tambos transportados en camiones los cuales no llegaban a las
colonias periféricas. Durante los años setentas
algunos habitantes cavaron pozos en sus casas mismos que en la
siguiente década, fueron indispensables para enfrentar la
falta de agua ocasionada por el corte al suministro posterior a
los temblores de 1986. Durante esta década, las amas de
casa también se organizaban para autoabastecerse en las
casas que tenían pozos y en temporadas cálidas,
cooperaban para contratar pipas que abastecieran a la comunidad.
Es así como en la década de los noventa, la
mayoría de las colonias cuentan con un servicio
restringido de agua potable y desde hace cinco años
identifican un abasto irregular al observar la presión y
el color con que
sale de la llave.

El hecho de que el abasto de agua sea cada semana,
tercer día o sólo durante las mañanas
según el tipo de calle horizontal o vertical, propicia que
los residentes de las zonas conurbanas desarrollen una Memoria
Colectiva e Identidad Vecinal para enfrentar esta
situación mediante la identificación de necesidades
prioritarias y la autogestión.

Principalmente, la dosificación de agua que
consiste en bañarse a jicarazos, lavar ropa o trastes en
una cubeta con agua enjabonada y enjuagar en otra para que esta
misma sea echada al excusado y el lavado del patio o la acera, ha
sido la habilidad predominante en esta comunidad.

La dosificación no puede considerarse un
indicador del Comportamiento Pro ambiental al ser una habilidad y
una estrategia que no necesariamente es premeditada para proteger
el medio ambiente.

Es decir, la comunidad tiene un sentimiento hacia el
agua que favorece su cuidado, separando este elemento del medio
ambiente y anexándolo a su historia de vida y futuro de
existencia. En efecto, cuando las personas recuerdan sus primeros
años de convivencia en esta entidad olvidan otros
elementos tales como servicios de alumbrado, pavimentación
y drenaje, pero recuerdan perfectamente como se organizaban para
abastecerse de agua.

Es así como la historia comunitaria en torno al
agua tiene cuando menos cinco momentos de Usos Sustentable: el
abastecimiento, la potabilización, la dosificación,
la donación y la reutilización de agua.

2.2.3 Solución del problema

Debido a que las problemáticas han estado siendo
sentidas de manera diferente a lo que la aproximación
institucional ha establecido, se solucionan mediante la
autogestión en la comunidad y en consecuencia, suprimiendo
las formas de organización anteriores. Por lo tanto, se
analizan las visiones del mundo para desligitimar la
dominación vertical de la humanidad consumista sobre la
naturaleza y la humanidad austera

Dichas problemáticas se solucionan tanto
comprendiendo como facilitando los sentimientos comunitarios
(necesidades, compromiso, innovación,
participación, autogestión) a partir de dos
modelos: Investigación–Acción e
Investigación–Acción–Participación,
los cuales para Jiménez (2002b) comparten seis
aspectos.

  • Identificación del problema no descrito
    satisfactoriamente.
  • Formulación de hipótesis en torno al
    problema.
  • Deducción de una hipótesis
    fundamental.
  • Prueba practica de la hipótesis
    fundamental.
  • Evaluación de los efectos de la prueba
    practica.
  • Inferencias.

2.2.4 Alcances y límites.

Jiménez (2002b) sugiere que la
Investigación–Acción–Participación
debe replantearse para reestructurar su aproximación a
problemas diferentes en un contexto distinto al de su
fundación y avanzar en la anticipación de problemas
de orden ontológico.

Socio económicamente, las comunidades siguen
siendo dependientes en tanto entidades interactuantes, del
Crecimiento Económico. Esto es, su Autonomía
Relativa porque la solución a sus necesidades proviene
exógena más que endógenamente (Maris, 2003).
En consecuencia, su Crecimiento Económico (Desequilibrio
Permanente) es prioritario sobre su Desarrollo Sustentable
(Equilibrio Permanente). Es decir, la gente prefiere la
creación de empleos para producir y consumir bienes y
servicios en una escalada de precios que deviene en
inflación más que el control inflacionario y el
desempleo con su consecuente consumo austero.

Esta tragedia y dilema de las comunidades se acrecienta
exponencialmente cuando los sistemas informáticos y
financieros determinan la producción y consumo a partir de
la inversión en valores bursátiles. Los choques
exógenos de economías desarrolladas sobre
economías emergentes a través de una
especulación financiera abisman aún más la
diferencia entre el ingreso de un inversor y el ingreso de un
grupo comunal. Mientras el inversor multiplica su capital, el
grupo comunal pierde su fuente de ingreso en una crisis de fuga
de capitales. Es decir, los choques exógenos (el impacto
de una economía consolidada sobre una economía
emergente) determinan la creación de empleos al mismo
tiempo que el desempleo masivo, el control de la inflación
en el mismo instante que su evolución a
hiperinflación. Y por tales razones se dice que las
comunidades están expuestas al impacto del Crecimiento
Económico en tanto no se establezca un Estado que amortice
dicho impacto a través de una Política
Económica ajustada a un Desarrollo Sustentable. Dicha
Política Económica conservará los recursos
naturales esenciales para la subsistencia de una comunidad pero
que no garantizará su Crecimiento Económico
indicado por la producción, empleo consecuente de personas
y consumo de bienes y servicios.

2.3 Aproximación sustentable

A partir de la clasificación
epistemológica propuesta por Altman y Rogoff (1987) y los
comentarios de Aragonés y Amérigo (1998) a dicha
clasificación, se infiere:

  • Rasgo. Unidades psicológicas de
    análisis
  • Interacción. Unidades psicológicas,
    situacionales y contextuales de análisis.
  • Organismo. Entidades molares, holistas y
    estáticas de análisis.
  • Transacción. Entidades molares, holistas y
    dinámicas de análisis.

En un primer nivel, una problemática que deriva
de un sistema económico y político no es
interpretada como tal en las comunidades, más bien es
representada por cada uno de sus miembros dentro de una
naturaleza inagotable, renovable, omnipotente pero al servicio de
la humanidad. Las creencias antropocéntricas versus
ecocéntricas, liberales versus conservadoras,
ultraderechas versus ultra izquierdas, y sus correspondientes
motivos, conocimientos, actitudes, percepciones e intenciones
explican la problemática.

Un segundo nivel, muestra a una comunidad, un barrio, un
municipio afectado por el abasto irregular e insalubre de agua.
Niños y ancianos mueren por enfermedades
gastrointestinales mientras que los jóvenes y adultos se
manifiestan y confrontan ante las autoridades por el recurso. En
tanto, las autoridades informan que debe legislarse una ley de
tarifas para que estas comunidades paguen una mayor cuota y se
invierta en un sistema más eficiente. En la
descripción y explicación de este escenario las
creencias ya no son suficientes. Se necesitan otros conceptos que
nos indiquen el origen económico y político del
problema y cómo ha estado siendo moderado o mediado por
qué o quiénes implicantes. Entonces los Recuerdos
Compartidos y los Sentimientos de Comunidad nos develan las
estrategias que emplean grupos de personas para solucionar el
problema de abasto irregular e insalubre de agua. Presenciamos
confrontaciones entre comunidades por el recurso, entre una
comunidad y autoridades para caer en la cuenta de que se debe
documentar cómo el problema cambia y se hace más
extenso hasta llegar a la escasez global de agua pasando por la
inestabilidad y estancamiento económico de regiones como
Latinoamérica en los años ochentas.

Finalmente, en un tercer nivel, para la
explicación del problema ya no son suficientes entrevistas
y análisis de contenido porque los Estados al reunirse
para reconocer el problema global sólo firman un tratado
en el que se comprometen a manejar (reducir fugas, invertir en
tecnologías alternas y promover el ahorro de agua)
sustentablemente el recurso. Y hasta el momento las Ciencias
Sociales no se han interesado en desarrollar los
planteamientos que describen y explican la importante
función del Estado como gran entidad moderadora y
mediadora de los efectos del Crecimiento Económico sobre
las comunidades marginadas y la naturaleza protegida.

2.3.1 Delimitación del
problema

Desde que se propuso el término Economía
Sustentable en referencia a la tasa de ahorro que debe ser mayor
a la tasa de depreciación combinada con el capital
natural (recursos energéticos y productos
agrícolas) y el capital manufacturero, se han planteado
sistemas de crecimiento concomitante con los recursos naturales
(sobre todo energéticos y minerales) (Guimaraez y
Bárcena, 2002).

Sin embargo, hay una distinción entre
"crecimiento" y "desarrollo". El primero, sugiere una
compatibilidad con los procesos ambientales que resulta en una
explotación moderada de los recursos naturales (Carrillo y
González, 2000). En contraste, el segundo implica una
armonía con la naturaleza que resulta tanto en el retorno
de tradiciones que respetan el medio ambiente como en nuevas
identidades tales como bioseguridad y bioética
para comprender a la naturaleza y a la humanidad en una sola
entidad (Ortiz y Huerta, 2002; Kuri, 2003).

En consecuencia, ante las evidencias de
agravamiento e interconexión de las problemáticas
económicas, políticas, sociales y ambientales, se
plantea una Racionalidad Ambiental de la que se deriva un
Comportamiento Sustentable definido como lo necesario para
retardar el efecto de las problemáticas económicas
y ambientales en la estructura de poder actual y futura que ha
crecido y crecerá hasta extinguir los recursos naturales,
las especies tanto animales como
vegetales y el trabajo de
quienes se encuentran en las zonas de alto riesgo de dicha
estructura (Masera, 2002)

En tal sentido, se gestan conflictos internacionales por
la sobreexplotación y transformación de los
recursos naturales, su comercialización y
distribución en productos y servicios para la humanidad
consumista contemporánea sin considerar los efectos en las
futuras generaciones. Por lo tanto, el Desarrollo Sustentable,
sus programas e instrumentos debieran preservan la estructura del
poder económico, político y social, ajustando el
empleo, la educación y la
explotación moderada de los recursos naturales
energéticos y minerales a tecnologías que
garanticen este proceso en las siguientes generaciones y sus
correspondientes estructuras de
poder.

2.3.2 Evaluación del problema

Los estudios en torno a la sustentabilidad han sido
planteados a partir de lo que motiva a la gente, cree, percibe,
evalúa, conoce y leva a cabo deliberada,
sistemática, eficiente y eficazmente más en un
sentido de protección a sus descendientes que en un
sentido integral de bienestar tanto de la humanidad como de la
naturaleza en sus generaciones actuales y venideras. Esto implica
la explotación de los recursos naturales en función
de las necesidades que una generación antecedente
transmite a una generación consecuente.

Cabe señalar que durante la presente
década, se ha propuesto al Comportamiento Sustentable sido
definido como "…el conjunto de acciones efectivas, deliberadas
y anticipadas que resultan en la preservación de los
recursos naturales, incluyendo la integridad de las especies
animales y vegetales, así como en el bienestar individual
y social de las generaciones humanas actuales y futuras…"
(Corral y Pinheiro, en prensa, pag. 13). Cinco estudios respaldan
la definición anterior.

El primero es de Aragonés, Raposo e Izureta
(2001) con una muestra de 213 estudiantes españoles
establecen mediante un escalamiento multidimensional 15 aspectos
de la definición de Desarrollo
Sostenible en nodos de segundo nivel. El primero corresponde
a la noción de "desarrollo" con 43%, "recurso" 28% y
"necesidad" 21%. Posteriormente dividen a los participantes como
simpatizantes de tres partidos identificados de derecha,
izquierda y centro encontrando que los de centro tienen una
identificación con la conservación medioambiental
mientras que los de izquierda y derecha están
indeterminados.

El segundo pertenece a Corral y Pinheiro (en prensa) con
una muestra de 233 estudiantes en Hermosillo Sonora, demostraron
que la Efectividad (reacción eficaz en el cuidado del
medio ambiente), la Deliberación (estrategia para el
bienestar social, individual y de los organismos), la
Anticipación (plan contingente
que se aplicará inmediatamente o a futuro), la Solidaridad
(reacción altruista hacia los seres humanos, especies
animales y vegetales) y la Austeridad (forma de
transformación y consumo mínimo de los recursos
naturales) son indicadores (R2 = .66, .69, .43, .33,
.58, .29 respectivamente) de la Conducta Sustentable en un Modelo
Estructural (X2 = 14.4; 9gl; p = .10; NNFI = .95, CFI
= .97, RMSEA = .05).

El tercero llevado a cabo por Corral, Fraijo,
Frías, González y Pinheiro (2004) con una muestra
de 300 habitantes de la ciudad de Hermosillo Sonora,
seleccionaron 20 reactivos de la escala de
Propensión al Futuro elaborada por Zimbardo. Dicha
selección fue estructurada en cinco
subescalas; Presente Hedonista, Presente Fatalista, Pasado
Positivo, Pasado negativo y Propensión al Futuro para
demostrar que tanto el pasado positivo como negativo no
están relacionados significativamente con el ahorro de
agua. En contraste, el presente tanto hedonista como fatalista
correlacionaba negativamente (covph-ah = -.18;
covpf-ah = -.35; p < .05; X2 = 351; 231
gl; p < .001; NNFI = .90; CFI = .91; RMSEA = .04) con el
ahorro de agua. Asimismo, demostraron que la Propensión al
Futuro también tiene una estrecha relación positiva
(covpf-ah = ..17; p < .05; X2 = 351; 231
gl; p < .001; NNFI = .90; CFI = .91; RMSEA = .04) con el
ahorro de agua.

El cuarto elaborado por Valenzuela, Corral, Quijada,
Griego, Ocaña y Contreras (2004) con una muestra de 240
habitantes en las ciudades de Hermosillo y Obregón Sonora,
demostraron mediante un modelo estructural (X2 =
430.6; 271 gl; p = .001; NNFI = .90; CFI = .90; RMSEA = .05) que
que la Propensión al Futuro predice directa, positiva y
significativamente (b
= .40; p < .05) a la Austeridad misma que a su vez
también es predecida (b = .23; p < .05) por el Altruismo y predice
(b = .37) el
ahorro de agua.

Finalmente, el quinto planteado a partir de la
Vertebración Social definida como redes de entidades e
identidades colectivas es el primer estudio cualitativo en estas
cuestiones en torno a la sustentabilidad (Pol, Guardia, Valera,
Wiesenfeld y Uzell, 2000). Se plantea que la
identificación (diferenciación entre las
necesidades de una comunidad con respecto a otra), la
cohesión (en torno a las necesidades comunes), la
satisfacción (alcance de necesidades prioritarias) y la
Apropiación (organización simbólica del
espacio por la interacción entre entidades
transformadoras) determinan la identidad (sentido de pertenencia
a un contexto en el que se han satisfecho gradualmente las
necesidades básicas tales como hábitat
y los servicios públicos) y esta a su vez determina la
sustentabilidad (Jiménez, 2002). En este sentido, Safa
(2000) ha definido las Identidades Vecinales como la
preservación del lugar de residencia legítima a
partir de la toma de decisiones en el desarrollo tanto de
acciones e innovaciones socio urbanas como de demandas
(preservación, cambio o mejoramiento del entorno) y sus
problemáticas (contaminación, inseguridad y
distribución desigual de bienes y servicios). En tal
sentido, la dosificación es la principal identidad para
ahorrar agua (Rodríguez, et. al, 2002). Sin embargo, los
problemas
ambientales con sus correspondientes soluciones son
atribuidos al Estado (Gutiérrez, Gómez, Jackson y
Manjarrez, 2000).

Es así como el Comportamiento Sustentable debiera
plantearse como la preservación del Crecimiento
Económico, los procesos comunitarios que lo sustentan y la
conservación de los recursos naturales: energéticos
y minerales que le dan relevancia
. Por lo tanto, aproximarse
sustentablemente, implica explicar la preservación
intergeneracional de los recursos naturales y su relación
con la humanidad en función de la preservación de
la estructura económica (principalmente financiera),
ecológica (sustancialmente energética y mineral),
política (seminalmente democrática), social
(necesariamente consumista), cultural (fundamentalmente
antropocéntrica), colectiva (históricamente
afectiva), educativa (específicamente tecnológica),
organizacional (evidentemente institucional) y comunitaria
(frecuentemente innovadora).

2.3.3 Solución del problema

Debido a que las problemáticas seguirán
interconectadas, sólo aspiraremos a retardar sus efectos
moderando y mediando la explotación,
transformación, comercialización,
distribución y consumo de productos y servicios para la
humanidad, así como orientando el empleo y la
educación a tecnologías que garanticen este proceso
en las siguientes generaciones y sus correspondientes
estructuras.

La aproximación sustentable puede contribuir en
el diagnóstico de la primera fase del proceso de
gestión de una política pública planteada
por la Comisión Ambiental Metropolitana
(2002).

  1. Diagnóstico (a través de un modelo de
    los determinantes de uso de recursos naturales).
  2. Formulación conceptual y la
    planificación de una nueva Política
    Pública.
  3. Legitimación a través de una ley
    normativa y su ejecución.
  4. Evaluación (seguimiento y crítica) de
    la Política Pública.
  5. Actualización (valoración de eficiencia
    y eficacia) de la Política Pública

2.3.4 Alcances y límites

En principio, la articulación entre la
Aproximación Institucional y la Aproximación
Colectiva supone el resquebrajamiento de la estructura
científica prevaleciente y una posterior
reestructuración de los procesos de investigación y
transferencia de proposiciones fundamentales.

Por lo tanto, los alcances y limites de la
Aproximación Sustentable, estarán en función
del siguiente contexto.

Las instituciones académicas promoverán
una formación multidisciplinar para facilitar una
investigación que explique cuando menos cómo las
entidades sean institucionales, organizacionales,
tecnológicas o comunitarias van a moderar y mediar el
impacto del Crecimiento Económico en el comportamiento
humano comunitario y los recursos energéticos y
minerales.

Posteriormente, un proceso de selección de
variables será necesario para explicar las
problemáticas que se derivarán del Desarrollo
Sustentable entendido como el nuevo contrato económico,
político, social y ambiental que la humanidad debe
realizar para preservar a sus generaciones consecuentes en
situaciones diferentes a las que nuestra generación ha
subsistido.

En el devenir de este proceso, las comunidades
tendrán que negociar con los organismos financieros
internacionales su inclusión en el nuevo contrato. Para
ello, sus miembros deben plantear el futuro de su comunidad
más allá de cómo la han planteado sus
ideólogos, más allá de cómo quieren
sus dirigentes que la comunidad subsista, más allá
de cómo sus investigadores simpatizantes conciban la
preservación de símbolos, significados y sentidos
comunitarios.

Puesto que la tecnología no ha sido desarrollada
para preservar los símbolos comunitarios si acaso
organizacionales e institucionales, será relevante
explicar la emergencia de tecnologías de captación,
dosificación, reciclaje y reutilización de recursos
energéticos y minerales.

Finalmente, debido a que todo parece indicar que en los
próximos 75 años posteriores al año 2025 la
humanidad innovara sistemas complejos para estructurar y
planificar la migración
a otro planeta, será relevante la articulación de
la Astrobiología con la Psicología para predecir
los comportamientos humanos en una realidad muy distinta a como
la hemos atestiguado.

3. Propuesta
de un modelo teórico
(*)

4.
Método (*)

5.
Propuesta de análisis de datos (*)

Referencias
(*)

 (*)Para ver el
texto completo
seleccione la opción "Descargar" del menú
superior

Cruz García Lirios

Estudiante en el Programa de Doctorado en Psicología
Social y Ambiental.

Correspondencia: Cuatro Milpas 197, Benito
Juárez, Nezahualcóyotl, Estado de México.
57000; 01+ 55 + 57437003;

csh96327267[arroba]titlani.uam.mx

Universidad Nacional Autónoma de
México

Partes: 1, 2
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